2019 La nucía

Laboratorio de empresas

LAB_NUCÍA

La Nucía

Ganador del Premio Architizer del Jurado y el Premio Architizer por Votación Popular en la categoría Mejor Edificio Público del Año 2020.

“Nadie habrá dejado de observar que con frecuencia el suelo se pliega de manera tal que una parte sube en ángulo recto con el plano del suelo, y luego la parte siguiente se coloca paralela a este plano, para dar paso a una nueva perpendicular, conducta que se repite en espiral o en línea quebrada hasta alturas sumamente variables…” así daba comienzo Las Instrucciones para subir una escalera de Julio Cortázar.

Nuestro proyecto se plantea como una revisión de la cubierta de la Casa Malaparte de Adalberto Libera, y como ella ubicada sobre un promontorio pero envuelta en una carcasa de protección.

Llenamos el vacío a su alrededor y como en ella enmarcamos el paisaje al final de la escalera, de la que como contaba Cortazar, “…se sale fácilmente con un ligero golpe de talón que la fija en su sitio, del que no se moverá hasta el momento del descenso”.

La Nucía es un pueblo prelitoral, cercano a Benidorm (Alicante), en búsqueda continua de argumentos para evitar la emigración de su población.

El proyecto surge de la necesidad del ayuntamiento de generar de un espacio dinámico, abierto y colaborativo con la idea tanto de retener y atraer talento, como de capacitarlo de forma continua.

Un punto de encuentro empresarial, capaz de modificar el carácter del polígono industrial donde se ubica gracias al efecto llamada; siendo la punta de lanza de la futura transformación digital que se pretende en la zona.

Buscamos una arquitectura que remarque el enraizamiento con el lugar, generando una roca hexagonal facetada, que como en la casa Malaparte, se asienta en un promontorio, mira hacia lo mejor del paisaje de la comarca y se apropia de él, como el cercano monte Ponoch que preside La Marina Alta alicantina.

Planteamos un origami, cuyo color interno se ofrece como llamada de atención de lo que acontece en su interior, al igual que en los comecocos infantiles.

Las paredes de hormigón visto, texturizadas, se pliegan sobre sí mismas, jugando con planos y con entradas de luz, haciendo que el sol remarque los pliegues de su fachada y generando juegos de sombras.

Este efecto dinámico modifica su apariencia a lo largo del día, remarcando al mismo las grandes aperturas por las que el color amarillo se escapa, recordando los jambeados de vivos colores que dibujan las puertas y ventanas de los muros de piedra de su casco antiguo bien conservado.

Nota de color amarillo entre platas y negros como homenaje a los comics de Frank Miller.

La grada escalera articula la edificación, pensada para su uso en presentaciones de productos o charlas tipo TED TALK, es el espacio de interacción social del centro, que enmarca el cielo convirtiéndose en una cascada de luz que lo invade todo.

La grada jerarquiza los espacios interiores, convirtiéndose en un espacio claustral de forma que alrededor se ubican los despachos, talleres, aulas y el office. Tras ella, se sitúa una gran sala de trabajo colaborativo abierto al exterior y se generan pequeñas terrazas pensadas para el ocio de los usuarios.

Todos los espacios están diseñados de forma que los usuarios puedan interrelacionarse de diversas formas y así apropiarse de espacios de trabajo alternativos. De esta manera, la inmutabilidad del volumen exterior se conjuga con la versatilidad de los espacios interiores.

Según el geógrafo Yi-Fu Tuan, un lugar es el resultado de la relación entre los individuos y el espacio. Nuestro edificio se ha pensado y resuelto como un punto de interrelación entre los usuarios y el espacio, que fuese capaz de empatizar con ellos y mostrar sus ideales.

El centro ha sido diseñado para 40 usuarios; sin embargo, actualmente tiene una lista de espera de más del doble, con charlas y cursos semanales, que lo han convertido en un hito empresarial en su comarca, demostrando que se puede mejorar la vida de la gente a través de la arquitectura, empatizando con sus usuarios.