La reforma de esta vivienda en el centro de Alicante buscaba la sorpresa como pretexto de la actuación. No era la primera reforma que la firma alicantina Crystalzoo les hacía a Nuria y a Philip, pero el lugar les atrajo desde el primer momento.

La magia de sus vistas al mar y a los dos castillos de la ciudad era algo que merecía la pena poner el valor, junto con la vieja celosía que generaba una luz tamizada muy mediterránea y cuya geometría a base de hexágonos truncados, marcó las trazas de la materialidad de la reforma.

Se planteó la distribución de forma que todo el espacio fluyese, así como las corrientes de forma. Que toda la vivienda dispusiese de una ventilación cruzada, lo cual no garantizaba que no fuese necesario la instalación de aire acondicionado para evitar bajar los techos de la misma.

A esto nos ayudó el programa, un solo dormitorio con una segunda estancia que podría funcionar eventualmente como dormitorio de invitados. Por lo que incorporamos esa segunda estancia, de uso ocasional, al espacio abierto  principal, pero con posibilidad de cierre mediante una puerta de grandes dimensiones.

De esta forma al acceder a la vivienda te recibe un gran mueble de madera oscura que se plantea como la entrada de Alicia a las estancias privadas de la casa, a ambos lados los espacios exteriores te sorprenden nada más entrar. A tu izquierda, el mar y el castillo árabe que se abren a través del espacio del salón comedor con la cocina integrada en el mismo mueble de la entrada. A tu derecha, el castillo napoleónico tamizado por la celosía semi-hexagonal donde se ubica la sala de lectura.

El mueble recorre la casa, la configura, la dota de uso a nivel funcional. En este gran mueble encontramos la cocina que vuelca al mar, las despensas, el almacenaje, la zona de lavado,  los aseos y el dormitorio.

Al mismo tiempo jerarquiza las estancias abiertas, el salón y la sala de lectura. Remarca las vistas por medio de pequeños giros que cambian la percepción de los espacios.

Se configura como un animal que se enrosca y en el que puedes entrar, ya que su interior cerámico te marca el acceso. Al deambular por su interior hacia la parte privada de la vivienda, la alfombra cerámica te acompaña y marca los espacios húmedos de la casa, hasta el interior del dormitorio, donde de nuevo las vistas al segundo castillo te vuelven a sorprender.