2017

Autoescuela

Altea

Originalmente el espacio de la autoescuela de Altea era compartido por dos negocios, una Gestoría y la propia autoescuela, gestionadas por dos hermanos.

En un primer momento la idea original fue la de seguir compartiendo espacio, pero a medida que avanzábamos tuvimos que explicarles que, aunque atractivo por tratarse de un reto, los targets de sus clientes eran tan distintos, que eran incompatibles.

Unos con una edad de entre 17 y 18 años, en plena efervescencia hormonal y en la Gestoría un cliente adulto, celoso de su trabajo y que en muchos casos solicitaba discreción. Por lo que les aconsejamos dividir los negocios y esta ha sido la clave del éxito.

Planteamos la Autoescuela buscando una diferenciación con la competencia, analizamos a sus clientes y diseñamos el espacio como un sala de fiestas, dinámica, divertida y transgresora, totalmente pensada como elemento de atracción de sus potenciales clientes y diseñada para ellos, como le explicábamos a Jaume, no estamos diseñando para el, ni para nosotros.

Su clientela tiene un perfil diferente y la nueva Autoescuela Altea la proyectamos para ellos. Trabajamos con policarbonatos retro iluminados que nos acompañan desde la entrada, remarcada con el icónico sofá rojo de capitoné, que recuerda a los asientos de los antiguos Ford T.

Reutilizando señales de tráfico como sobres de las mesas y jugando con los reflejos de la las luces y la señalética, conformamos un nuevo espacio que ha recibido el premio a la Excelencia Educativa del 2017 y que gracias a su reforma ha incrementado en un 35% el número de usuarios.